(L324) En la orilla (2013)


Rafael Chirbes, En la orilla (2013)

Nueva novela río de Rafael Chirbes (Tavernes de la Valldigna, 1949-2015) donde nos cuenta la crisis inmobiliaria, pero esta vez vista por los de abajo; —en Crematorio (2007) nos brindó la perspectiva de los vencedores— vista desde el punto de los trabajadores y de los pequeños empresarios. En la orilla (2013) el protagonista es Esteban, el dueño de una carpintería, que es el eje de toda la novela y referencia para el resto de personajes.

Argumento: La acción transcurre en un pueblo llamado Olba, ciudad imaginaria de la comunidad valenciana, el año 2010. Ahmed y su amigo Rachid sufren los efectos de la crisis. Antes trabajaban en la construcción y ahora el segundo trabaja como pinche de cocina y el primero está en el paro y se dedica a pescar en los marjales donde un día descubre dos perros que se disputan un trozo de carne que resulta ser una mano humana.

Esteban ha cerrado la carpintería que tenía y ahora cuida a su padre nonagenario que no habla ni se comunica. Lo ayuda Liliana una colombiana. Esteban sale con su perro y su Toyota todoterreno a cazar en los marjales. Recuerda cuando iba a pescar con su tío Ramón quien le decía que todos acabamos pudriéndonos. Hoy, sesenta años después, se contempla el cuerpo lleno de manchas y venas amoratadas. A los setenta años Esteban ha tenido que cerrar el negocio, lo han embargado. Su socio, el constructor Tomás Padrós, se ha dado a la fuga.

En el bar Castañer, donde se reúne a jugar con sus amigos, todos lo saben. Justino se ha dedicado toda su vida al tráfico de trabajadores; primero en Alemania y Suiza, luego en Olba. Tiene una gran cantidad de propiedades a nombre de testaferros. Sus viajes de incognito al sudeste asiático para traer quien sabe qué. Sus devaneos con putas de lujo en Mónaco y París.

Esteban discute con su amigo Francisco sobre la necesidad de la caza hoy en día. Se ha perdido su relación con la necesidad de supervivencia. Nadie tiene derecho a hacer sufrir a sus criaturas, dice Francisco, que siempre ha sido muy religioso. Francisco pertenece a una familia falangista y se ha vuelto experto en vinos y se ha casado con Leonor, antiguo amor de Esteban.

Esteban recuerda a su padre que pasó tres años en la cárcel después de la guerra. A su tío Ramón que enviudó y no tuvo hijos pero que fue como un padre para él. Nos habla de su hermano mayor, German, quien murió de cáncer de pulmón sin haber fumado nunca; de la cuñada de la que nunca más supieron nada; de su hermano menor Juan que vive a salto de mata y de su hermana Carmen que vive en Barcelona con su marido y sus hijos. A ratos los imagina acudiendo en busca de dinero cuando muera el padre; la sorpresa que se van a llevar cuando vean que no queda nada. Recuerda cuando Juan vino a casa con una ucraniana y estuvieron dos meses a mantel y cuchillo intentando que el viejo avalara alguno de sus peregrinos negocios. “Si no sabes dónde vas ningún camino es bueno” (p. 195).

Comentario: Chirbes nos dice que el Gobierno y la política le escribieron la mitad de la novela, porque “el desastre lo han hecho ellos”, y él se ha “limitado a escribir y contar ese desastre”.1

Desolación, tal vez sea esta palabra lo que mejor define la descripción que Chirbes hace de la España que ha quedado después de la crisis, una crisis que no sólo ha destrozado la vida de millones de trabajadores y de pequeños y medianos empresarios —aunque dejando a los poderosos indemnes, como trata de resaltar el novelista en su retrato de Francisco y Justino, por ejemplo, o del propio Tomás Pedrós— sino que ha hecho aflorar los más ruines sentimientos del ser humano.

El autor narra la novela casi totalmente en primera persona, con párrafos extensos en los que eventualmente se cuela algún diálogo. El narrador nos inunda con una catarata de datos, sensaciones, recuerdos, ansiedades y angustias de su presente y de su pasado. Utiliza continuamente la analepsis, es decir, el salto al pasado, pero sin un orden cronológico, empleando los recuerdos en la medida que son necesarios para explicar la situación actual.

Su prematura muerte a los 66 años nos ha impedido seguir gozando de un gran escritor en plena madurez creativa. Con En la orilla Chirbes sigue novelando la burbuja inmobiliaria con una maestría y un tino dignos de alabanza. Un autor a quien vale la pena seguir y leer en cualquier novela suya aunque su obra haya acabado.

NOTAS:

1.- Wiston Manrique Saboal, Rafael Chirbes gana el Nacional de Narrativa por “En la orilla”, El País, 07/10/2014.

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