(L323) Alfabeto (1981)
Inger Christensen,
Alfabeto (1981)
Hoy os traigo
poesía danesa de la mano de Inger
Christensen (1935-2009). Con una de sus obras más especiales y logradas. Se
trata de Alfabeto.
Editado en 1981 en
danés y presentado ahora en versión bilingüe, Alfabeto sorprende de inmediato al lector por su distribución
orgánica. Las estrofas crecen a partir de la secuencia numérica
de Fibonaci
(1,1,2,3,5,8,13,21), en la que el siguiente poema está formado por la suma de
versos de los dos anteriores; de este modo los fragmentos van incrementando su
longitud en un pautado avance que busca en la repetición de versos e ideas. Una
cadencia versicular, un eco de letanía. El primer poema es un enunciado mínimo
sobre el sustantivo albaricoque, así arranca un conjunto de poemas que se
inicia con la letra “a”, como si pronunciase los elementos de un alfabeto, el
que se van entrelazando realidades concretas.
El danés es un
idioma germánico, y al lector ignorante de las lenguas escandinavas, como yo,
le sorprenderá comprobar —gracias a la ejemplar edición bilingüe— las
concordancias de vocabulario que hace que el juego con las letras del alfabeto
de Christensen también funcione en castellano. Aunque, antes que nada, el
mérito corresponde a Francisco Uriz (Zaragoza, 1932), quien ha respetado al
máximo el original y ha conseguido aproximarse todo lo posible tanto a la
complejidad conceptual como a la prístina claridad de la monumental poesía de
Inger Christensen.
Entramos aquí en
la polémica de si la poesía se puede apreciar en las traducciones —algunos
filólogos dicen que no— o si lo que podemos leer no es más que un pálido
reflejo de su esplendor. Yo por si acaso aquí os dejo una muestra de sus
poemas.
me dije
a mi misma: piensa
como
un pájaro que
construye su nido,
piensa como una
nube, como
las raíces del
abedul enano
piensa como piensa
una hoja
de un árbol, como
piensan la sombra y la luz.
la nieve
no es de ninguna
manera nieve
cuando nieva
en pleno junio
la nieve no
ha caído de
ninguna manera
del cielo
en junio
la nieve ha
surgido por sí
misma
y ha florecido
en junio.
como los manzanos
los albaricoqueros
los castaños
en junio
perderse
en la verdadera
nieve
que es la nieve de
junio
con flores y
semillas
cuando no vas a
morir nunca
La bomba atómica existe
Hiroshima. 140.000
muertos
Nagasaki. 60.000
muertos.
cifras que
permaneces inmutables
en algún lugar de
un verano
lejano y normal
desde entonces los
heridos
han muerto,
primero muchos, la
mayoría, luego
menos, pero
todos; finalmente
los hijos de los
heridos,
nacidos muertos,
moribundos.
muchos, siempre
algunos,
finalmente
los últimos; yo
estoy
en mi cocina
pelando
patatas; el grifo
del agua
está abierto y
casi
ahoga los gritos
de los niños
que juegan en el
patio;
los niños gritan y
casi
ahogan los trinos
de los pájaros
que están en los
arboles; los pájaros
cantan y casi
ahogan el susurro
de las hojas al
viento;
las hojas surruran
y casi ahogan
con su silencio
cielo,
el cielo que
resplandece,
y la luz que casi
desde entonces se
ha parecido
al fuego de la
bomba atómica
un poco
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